En los primeros
cinco meses de 2024, El Salvador importó más de $114.9 millones en frutas y
hortalizas, principalmente de Guatemala y Nicaragua, que representan el 52.8 %
del total. Esto supone un aumento de $14.6 millones respecto al mismo periodo
de 2023. Los productos más importados incluyen tomates, zanahorias, plátanos,
aguacates, y manzanas. Guatemala es el principal proveedor, seguido por
Nicaragua, Estados Unidos, México y otros países.

El Salvador
importa el 80% de su consumo total de frutas y hortalizas, lo cual excede el
límite recomendado del 30% establecido por la FAO. Esto demuestra una escasa
producción interna y una salida innecesaria de divisas que podrían haberse
invertido en promover el desarrollo agrícola a nivel local. Centrarse demasiado
en proveedores cercanos aumenta la exposición a problemas regionales y crisis
de suministro, lo que puede comprometer la seguridad alimentaria y generar una
inestabilidad en los precios. A pesar de contar con tierras fértiles, la
producción local no es suficiente para satisfacer la demanda, lo cual, sumado
al incremento de las importaciones, podría generar una inflación en los precios
de alimentos que impacte negativamente a los consumidores. En el país
actualmente se está experimentando una situación evidente, la cual se agrava
debido al incremento en los precios de verduras y frutas que resulta de
depender demasiado de las importaciones y estar sujetos a las fluctuaciones del
mercado. Además, esta problemática también es influenciada por cambios climáticos,
aunque evidentemente no son la única causa del problema.
Es esencial que
el gobierno trabaje por adoptar medidas para fortalecer la producción agrícola
interna, reducir la dependencia de importaciones y asegurar un suministro
sostenible de alimentos. Esto podría incluir promover la diversificación de
cultivos, técnicas agrícolas modernas y la inversión en investigación y
desarrollo para cultivar variedades más resistentes a plagas, enfermedades y
condiciones climáticas adversas.
Fuente de información: https://diario.elmundo.sv/economia/la-mitad-de-las-frutas-y-hortalizas-importadas-procede-de-guatemala-y-nicaragua
6 Comments
La fuerte dependencia de El Salvador de frutas y verduras importadas representa una brecha significativa en el desarrollo agrícola regional. Aunque el suelo es fértil, hay muy poca producción nacional, lo que amenaza la seguridad alimentaria y la estabilidad de precios.
ResponderEliminarEs preocupante ver que El Salvador importa el 80% de su consumo en frutas y verduras, lo cual es evidente excede el límite, y como dato interesante es saber que lo recomendado es el 30% lo que la FAO establece. Lo ideal es que el gobierno debería de tomar la iniciativa en ayudar a los agricultores locales para que ellos empiecen a ser el principal abastecedor en los mercados del país, y así no tener que importar mas de lo permitido y depender de estos países.
ResponderEliminarPersonalmente, considero que la dependencia es extrema en las importaciones, esto no solo aumenta la vulnerabilidad del país ante crisis de suministro y fluctuaciones de precios, sino que también refleja una falta de desarrollo agrícola interno que podría beneficiar tanto a los agricultores locales como a la economía nacional.
ResponderEliminarLamentablemente, la agricultura es uno de los sectores menos valorados, por ello, las técnicas de cultivo no son las apropiadas y no permiten aprovechar el potencial de las tierras, dando como resultado una poca producción de frutas y verduras, imposibilitando que se pueda cubrir la demanda del mercado, generando una dependencia de países vecinos.
ResponderEliminarEs preocupante la situación, ya que estamos demostrando que el país no tiene bases solidad en la economía con respecto a la alimentación, y que se está desperdiciando la oportunidad de aprovechar las tierras que se tienen, lo cual es una gran perdida en el sector agrícola del país, deberían tomar medidas sobre el asunto.
ResponderEliminarSin duda es un problema que requiere de atención inmediata pues como ya hemos vistos las condiciones climáticas, agrícolas, etc. afectan la seguridad alimentaria por el incremento de precios
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