En El Salvador, el trabajo infantil afecta a más de 65 mil menores según la Encuesta de Hogares y Propósitos Múltiples de 2022. A pesar de los avances en desarrollo social y seguridad, muchos niños y niñas, especialmente en áreas rurales, 49,554 continúan trabajando en condiciones peligrosas, 16,799 están por debajo de la edad mínima legal de 14 años. El 60.9% de los menores trabajadores provienen de zonas rurales y el 57.6% asisten a la escuela. El trabajo infantil implica actividades que ponen en riesgo la integridad física, mental o moral de los niños.

Lamentablemente, en las áreas rurales de El Salvador se presentan más casos de trabajo infantil. Desde hace muchos años, culturalmente, las familias rurales creen que los estudios no sirven para nada y someten a sus hijos a trabajar. Aunque la situación económica influye en esta decisión, muchas veces los niños tienen la oportunidad de estudiar, pero sus padres los limitan, creyendo que, si ellos no necesitaron educación, sus hijos tampoco. Esta mentalidad perpetúa la incidencia del trabajo infantil en estas comunidades. Se estima que en sectores productivos como la agricultura, el comercio y la construcción, los menores corren más riesgos al trabajar, siendo en su mayoría obligados por sus propios padres o familiares.

Sin embargo, los esfuerzos de diversas instituciones y organizaciones para humanizar las condiciones laborales y garantizar los derechos de los niños, los programas existentes son insuficientes para erradicar las peores formas de trabajo infantil. La aceptación social del trabajo infantil y la pobreza como causa estructural presentan un gran desafío. Se necesita una estrategia nacional a largo plazo que eleve el problema a una agenda nacional, buscando alianzas estratégicas para erradicar el trabajo infantil peligroso y mejorar las condiciones laborales como medida de transición.

Fuente de información: https://diario.elmundo.sv/nacionales/trabajo-infantil-un-problema-latente-el-el-salvador